viernes, 20 de marzo de 2009

La felicidad y el equilibrio es algo que se aprende. 31

La felicidad y el equilibrio es algo que se aprende.
A lo largo de una serie de escritos que encontrareis bajo el titulo viajes he recogido una serie de temas que tienen un nexo común.
El control del cuerpo y de la mente. Aunque el objetivo de esos textos es provocar curiosidad hay en ellos suficiente información para empezar de manera autónoma un cambio en nuestra conducta.


El ser humano nos parece una dualidad alma cuerpo o mente cuerpo. No entraré ahora en digresiones de tipo filosófico y menos teológico. Pero lo cierto lo palpable es que hay un discurrir mental un “mundo virtual” creado por nuestro cerebro. Para ello el cerebro usa la percepción que del exterior le dan sus sentidos. Esa percepción se compara con una huella mental que han dejado las experiencias anteriores, y/o la experiencia inculcada por vía educación. Y podría ser que en algún proceso exista un condicionamiento genético, que oriente la forma de conducirnos.


Pero la realidad es otra, si observamos las diferencias conductuales entre generaciones con solo la diferencia de un siglo, vemos que la mentalidad y las formas de conducta la forma de relación social cambia y con ella toman relevancia determinados rasgos que pueden ser patológicos.


Es esa variación de conductas las que llama la atención, porque si existen es que algo que consideramos inamovible es falaz.


Os copio un trozo de una conferencia dictada por Ferran Salmmurri psicólogo clínico en el Hospital Clínico de Barcelona.


La felicidad es sentirse bien.
¿Qué nos lo impide?
Una excesiva cólera, rabia, ansiedad o tristeza. Es decir, somos excesivos en nuestra
expresión emocional. Y sería suficiente para mejorar, para ser más felices, que educáramos nuestras
emociones manifestándolas de una forma proporcionada. No es necesario sentir con la intensidad con que lo hacemos. No me refiero a caer en la insensibilidad o a que dejemos de llorar, que es bueno y
necesario en muchas ocasiones. La emoción es natural pero siempre y cuando no llegue a dominarnos.


Pues bien el control emocional es algo posible y la posibilidad de modificar los estados emocionales ajenos cuando se ha logrado un dominio del nuestro también es posible.
Obtener estos estados ha sido la meta de muchas técnicas, desde las que se basan en el yoga y la meditación a las que trabajan solo la expresión corporal, la relación mente cuerpo.
Siento que mis escritos sean opacos, el poder de la mente no es para tomarlo a broma, tampoco se puede poner en manos de cualquiera. Pero es cierto que cuando se inicia el camino los cambios interiores se producen con rapidez, y nuestra influencia sobre la paz interior propia y ajena aumenta.
Os añado el sitio WEB donde esta esta información que cada uno la use según su capacidad y sapiencia.




Vasdelao

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